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Mili del castillo

Nací en San Isidro (Pcia. de Buenos Aires), de aries, parte de una familia enorme de seis hermanos que siempre me llenaron de alegría y hoy de sobrinos.

Éramos tantos que era imposible aburrirse. Recuerdo los otoños en que el roble transformaba el jardín en un colchón de hojas, hojas que papá nos perseguía para que las juntáramos. Según mis hermanas yo encontraba la manera de inventar otra cosa para hacer y les dejaba esa tarea a ellas... Eso no lo recuerdo, en cambio sí vuelve a mi mente el aroma a comida casera y flores que aún hoy, al cruzar la puerta, vuelvo a sentir.

Elijo Buenos Aires todos los días porque aquí están mis afectos pero si tuviera que elegir otra ciudad donde vivir sin dudas sería Barcelona. Como elijo andar siempre en zapatillas, hacer un viaje con mochila a un paisaje de campo con cerros o bajo la inmensidad de la montaña...

Siempre me gustó leer y de chica actuaba, no sé en que momento cambié de idea pero me imaginaba estudiando actuación en el exterior. Las vueltas de la vida me llevaron a ser diseñadora de interiores. Obsesiva de los detalles, disfruto de los materiales nobles, la textura de la madera, los linos, los objetos hechos a mano, pero sobre todo los que cuentan una historia. Nada me motiva e inspira más que salir en la búsqueda de "ese" objeto perfecto y único para un espacio, una persona, un proyecto...

Ese mismo afán de búsqueda y pasión por aprender más me llevaron a sumergirme en el mundo del arte. Así fue como luego de varios años volví al ruedo del estudio y me recibí de Curadora de Arte.

Después de un largo camino recorrido trabajando en diferentes empresas, detrás de la imagen de sus locales y diseñando vidrieras, hace un tiempo decidí dar el salto y apostar a un proyecto propio.

Hoy me defino como diseñadora de interiores y curadora de arte. Hoy te doy la bienvenida a mi espacio.